Cuando llegan estas fechas empiezan a danzar de un lado a otro de la península, con sus camisas veraniegas, grabando con Iphone los escenarios, comentando conciertos en twitter, acampando, rellenando hostales o reclinando hasta el tope los asientos de los coches. Son los festivaleros. De Murcia, a Benidorm, de Madrid a Pirineos, ni una ciudad sin festival.
Miguel se lanza a lo popi y pide zapatilla al final de la noche cuando llega la electrónica, termina de aterrizar del SOS de Murcia y ya prepara Benidorm, y cae algo entre medias . . . Músicas nuevas para nuestras salas de espera, aire fresco para este sanatorio.