Hemos resucitado a Lazaro, pero lejos de obligarle a andar solo le hemos pedido que se siente y escuché, el desagradecido prefirió volver a morir y hemos decidido probar contigo.
Danos otra oportunidad, prometemos tropezar en la misma piedra y sanarnos con placebos y excesivas anestesias. Danos otra oportunidad para pregonar en el desierto, danos otra oportunidad para abrir las puertas del refugio, de la farmacia sin recetas, del quirófano, de las urgencias que nunca sanan.
Te invitamos otra vez a que pares, descansa al menos una hora, si tus piernas no te responden quizá sea porque nunca les has preguntado nada, piensa que lo último que viste antes de parar será lo primero que te encuentres cuando vuelvas. La vida da estas vueltas. Nosotros hemos vuelto al mismo sitio donde lo dejamos.
Tercera temporada . . . ¡ DIOS SALVE A LOS TARADOS!