Hoy nos visita casi todo el cerebro y parte del corazón de Casa Maty, y decimos parte porque entre las tomateras y los instrumentos musicales queda hueco para que tú pongas parte del tuyo.
Este hombre que nos visita ha hecho brotar de tierras eriales berenjenas y Fender Stratocaster, ha sembrado en tierras áridas cantautores australianos y ajillos tiernos, calabazas con flores flamencas, ha criado cabras frente a un escenario y plantado músicos junto al corral de las gallinas…
Casa Maty es difícil de ubicar, una granja con escenario, una sala de conciertos de regadío en tierras de secano, una huerta con pedal de distorsión, un sistema de riego por gravedad abastecido por un pozo de cerveza tormo.
Viene Vicente, el hombre que se retiró al campo para estar rodeado de gente, el pastor que guía a su rebaño con las baquetas, trae una agenda plagada de conciertos, de cambios de riego y recolecciones de espectáculos infantiles y cursos de percusión, pasen y vean, conozcan al morador del cerro de la horca del moro.