En el lejano Laos corre el año 2.553, de allí nos llegan las historias de nuestros viajeros Toni y Antonio, y la siempre molesta música local. Son historias de un viaje que les llevó por Tailandia y Laos, historias de drogas, de cerveza, de regateo . . . a caballo entre la espiritualidad de los templos y la lisergia del ácido.
Pero este viaje espectacular no es más que una excusa para celebrar el cumpleaños de un hombre sin edad, un rostro de porcelana del que es imposible deducir una fecha, el Dorian Gray del Barrio de «la paz».
Yo kiero migaaaaaaas hormigonás.
Que lastima no sintozinar cuan interesantes canales teleabusivos aquí en la mancha…