Hablamos hoy de Silvio, un personaje excesivo e indescriptible. La vida de este hombre es como una especie de leyenda. Dilapidador de fortunas, bebedor impenitente, rockero penitente, eterno ojeroso, bohemio, caballero, filósofo de barra y persona sin reloj.
Tiene el encanto de esos personajes malditos y autodestructivos que no pasan por la vida, si no que la atraviesan; que nos restriegan por la cara que son unos genios y que les importa un comino; y que el dinero está para gastárselo y la vida para vivirla.
Un cantaor de esos que si le apetece, va y hace arte con mayúsculas, pero si no le apetece no hay nada que hacer. Ese es para mi Silvio: el mejor cantaor de rock and roll de la historia.
Y quien mejor que sus amigos, sus músicos y familiares para contárnoslo.
Teneis toda la razón y no es ni medio normal que nadie diga nada al respecto de este pedasso de programa que marcó un antes y un después en la clínica.
Reitero por esta vía lo ya dicho en persona: no solamente me apasionó conocer la historia de este personaje para mí escondido hasta ahora, increible mito desde el día en que escuché el programa, sino que vosotros me sorprendisteis muy gratamente.
Resultó ser un programón que me enganchó como esas películas que te parece estar viendo en medio de la acción y de la escena desde dentro de la pantalla. Estaba completamente ausente y encerrado en el audio, y el tono me pareció ni más ni menos que el que la ocasión requería. Enhorabuena, de verdad, ya que cosas así no pasan to los días. Tampoco hace falta que pasen to los días, pero desde luego, que pasen, es la ostia.
Aupa la clíninica y aupa silvio.
Y no os flipeis, que no he escuchao los últimos programas y en cuanto vea truño os lo haré sabe también
Un abrazo garanino, hae?