Recibieron una Educación General Básica, compraban pornografía bajo cuerda en los Kioscos, marcaban los teléfonos dando vueltas a una ruleta, tenían por porterías dos chaquetas y paseaban libremente los unos por las casas de los otros, vida de barrio.
Aprendieron las ciencias y las letras en un Bachiller Unificado Polivalente y prepararon su salto a la universidad en un Curso de Orientación Universitario. Lo hicieron antes cuando los institutos eran más castos, más célibes y las aulas no eran narco salas.
Después vino la huida, la libertad, las vidas laborales plagadas de altas y bajas, el penar por el mercado laboral, son la generación de 1976. Los que se vieron obligados a marchar a otras ciudades porque la pequeña capital de provincias no pudo garantizarles nada. Han venido a hablar y les hemos escuchado.