tullidos

Mª Dolores Pradera y más…

Hemos asistido en pocos días a la muerte, de toda la genialidad, la generosidad y el talento que vivían en la hombruna voz de Dña María Dolores Pradera.

Y al enterramiento del muerto que se resistía a ser llevado a la sepultura, pero los cadáveres a la intemperie siempre terminan apestando. Solo nos ha sorprendido quien cogió la pala.

La cara y la cruz del ser humano. El esplendor de la cantante y la mezquindad del poderoso. La necedad del presidente y el talento de la artista. Los jazmines en el pelo y el olor a podrido del cadáver.

Directos de Televisión, el Género Perdido

En las habitaciones de esta clínica tapamos el agujero de las monedas de nuestros televisores el mismo día que las cadenas retiraron la música de sus programaciones.

No recordamos la fecha exacta en que en la parrilla televisiva dejaron de cocinarse virtuosos guitarristas y carismáticos cantantes para llenarse de carnaza, jóvenes turgentes ofreciéndose a machirulos musculados, famosillos cocainómanos acelerados y gritones, juguetes rotos en islas lejanas, fracasados escolares encerrados en casa haciendo su trabajo del dormir o del rascarse.

El televisor que hoy daña la vista nos descubrió grupos maravillosos, era el único vehículo que los chicos de provincias teníamos para viajar a las grandes capitales y escuchar los grupos que sonaban en la radio, la única manera de ponerle cara y ojos a quien se escondían en nuestros vinilos y casetes, pero los músicos desaparecieron de las pantallas, se escondieron en otras plataformas y nuestro sitio en el sofá tiene desde entonces menos sentido, es menos cómodo, y menos reconfortante.

La Motown

Aunque los focos se ceben en alguien, aunque haya carismáticos personajes que fagociten todo lo que les rodea, la música no nació para ser obra de un solo hombre, hasta los más cansinos cantautores necesitas sus sherpas.

Funk Brothers cuenta con más números uno que Beach Boys, Elvis, Rolling stones y The Beatles, pero lo hicieron en las sombras, gregarios de Suprems o Fuor Tops, muletas de Marvin Gaye o Stevie Wonder.

Recuerda nada es obra de un solo hombre, nada, excepto los tabarras…

Badfinger

Nos gustaría pensar que nuestra historia de hoy va de unos chicos nacidos bajo la marca del fracaso, que es la historia del inevitable destino de brillantes perdedores, pero revisados los hechos, la historia pierde glamour y se queda en enésima estafa de un viejo codicioso a unos jóvenes incautaos e ilusionados por el deslumbrante brillo del estrellato.

Cuando Pete Ham y Tom Evans asomaron su mirada por la soga al otro lado ya no estaban los periodistas aduladores , ni George Harrison, solo quedaba buitres encorbatados reclamando el pago de las letras hipotecarias.

Stevie Ray Vaughan

En esta Clínica, se nos muere gente, como en cualquier Clínica del mundo, pero guardamos su Historia Médica, su obra y Milagros. Se comenta que cada miércoles desenterramos a alguien, que hacemos pocos programas de hombres vivos. De jóvenes y vivos todo el mundo se ocupa, los veis en las redes, en youtube, los pinchan en las radios y los llevan a las televisiones. De los viejos muertos nos ocupamos nosotros, hoy reanimamos a Stevie Ray Vaughan. Hay muertos más recientes, menos desfigurados, pero hoy sacamos la pala para poner en la mesa a este guitarrista salvaje.

Tom Petty

Hoy esto va de gente normal, que la hay. Gente que se levanta, trabaja, espera a que los demás dejen de pasear la banderas para pasear a su perro, acuesta a sus hijos, toca canciones o vende 80 millones de discos. Porque Tom Petty parecía, y cuentan que era, una persona normal que seguramente demostraría su patriotismo siendo un eslabón de la cadena que intenta que el cubo llegue lleno de agua hasta la llama que calcina un árbol.

Elvis Presley

Sería muy poético que nuestro invitado de hoy siguiera vivo, pero dando por buena su leyenda es posible que ya hubiera muerto en su retiro paradisiaco victima de los achaques propios de su edad, si encontró alguien que le recetará su lista interminable de fármacos quizá siga a sus 82 años apoyando sus pantuflas en una alfombra de piel de leopardo y sus maltratadas caderas en un sofá de terciopelo mientras ve la televisión con una especie de mueca de la que cuelga una baba.