Programas

Elvis Presley

Sería muy poético que nuestro invitado de hoy siguiera vivo, pero dando por buena su leyenda es posible que ya hubiera muerto en su retiro paradisiaco victima de los achaques propios de su edad, si encontró alguien que le recetará su lista interminable de fármacos quizá siga a sus 82 años apoyando sus pantuflas en una alfombra de piel de leopardo y sus maltratadas caderas en un sofá de terciopelo mientras ve la televisión con una especie de mueca de la que cuelga una baba.

Casa Maty – Vicente

Hoy nos visita casi todo el cerebro y parte del corazón de Casa Maty, y decimos parte porque entre las tomateras y los instrumentos musicales queda hueco para que tú pongas parte del tuyo.

Este hombre que nos visita ha hecho brotar de tierras eriales berenjenas y Fender Stratocaster,  ha sembrado en tierras áridas cantautores australianos y ajillos tiernos, calabazas con flores flamencas, ha criado cabras frente a un escenario y plantado músicos junto al corral de las gallinas

Casa Maty es difícil de ubicar, una granja con escenario, una sala de conciertos de regadío en tierras de secano, una huerta con pedal de distorsión, un sistema de riego por gravedad abastecido por un pozo de cerveza tormo.

Viene Vicente, el hombre que se retiró al campo para estar rodeado de gente, el pastor que guía a su rebaño con las baquetas, trae una agenda plagada de conciertos, de cambios de riego y recolecciones de espectáculos infantiles y cursos de percusión, pasen y vean, conozcan al morador del cerro de la horca del moro.

Recetamos Tormo

En esta clínica no se dispensan  fraudulentos elixires, no se recetan placebos. En este sanatorio clandestino no tienen cabida las homeopáticas estafas. Nosotros aquí solo prescribimos fármacos y brebajes de probadas propiedades curativas. De todas las pócimas magistrales que los visitadores farmacéuticos nos han traído, hoy os presentamos el antídoto perfecto, el remedio para tu dolor, el alivio de tus males… La cerveza TORMO.

A Palos

En 1850, la revista Punch definió lo que era un deportista: «Deportista es todo aquel que no solamente ha vigorizado su musculatura y ha desarrollado su resistencia por el ejercicio de algún deporte, sino que en la práctica de ese ejercicio ha aprendido a reprimir su cólera, a ser tolerante con sus compañeros, a no aprovechar una vil ventaja, a sentir profundamente como una deshonra la mera sospecha de una trampa y a llevar con altura un semblante alegre bajo el desencanto de un revés».

Esta definición queda muy lejos del comportamiento de los deportistas de peinados imposibles, dientes blanquísimos, altivos y soberbios que pueblan las portadas de los periódicos de prensa deportiva.

Sin embargo, en páginas interiores, en diminutas columnas aparecen enormes historias de Rugby, Allblacks que limpian su vestuario, el equipo que despide para siempre al jugador que placó a la arbitra, el campeón que regala su medalla al niño retenido por los policías… Los conquenses cabezones que una vez finiquitado el equipo siguen quedando en los parques para entrenar con la esperanza de que el grupo crezca.

Hablamos hoy de un pequeño deporte poblado por irreductibles jugadores y jugadoras que no aceptó desaparecer y terminó ganando, hablamos con hoy con “A Palos“ Cuenca, de cómo se levanta de la lona, no un jugador, sino un deporte entero.