Programas

Lo mejor del 2017

Como cualquier otra Clínica estamos aquí para curar, y sin embargo nuestras consultas se llenan semanalmente de cadáveres. Sabemos que una palabra nuestra nunca bastó para sanar a nadie, quizá por eso dedicamos tanto tiempo a los difuntos.

Llega el tiempo del balance, la memoria de resultados, la evaluación del año y los nuevos propósitos. Para no cambiar de política no nos evaluaremos. No hay autocrítica, de modo que lo que habéis oído es lo que seguiréis oyendo, puedes pensar que perseveramos en el error o que poseemos la verdad eso a nosotros no nos importa.

Siguiendo una rancia tradición vamos a repasar el año, a nuestra manera sin orden pero con concierto, a lo mejor hoy reparas que algunos acontecimientos que dejaste pasar han sido mucho más trascendentes de lo que pensabas.

Música Tratada Injustamente

Hay discos a los que la crítica machacó en su día sin piedad o que simplemente ignoró y que con el discurrir del tiempo han gozado, no ya de éxito comercial, sino de una consideración bastante más elevada de la que en su momento disfrutaron.

Los motivos, casi infinitos: en muchas ocasiones las expectativas depositadas en un determinado artista o grupo son tan altas que la decepción es casi inevitable. Y un crítico decepcionado es muy peligroso, conviene no olvidarlo.

Joaquín Díaz

Quienes han nacido en los últimos 40 años quizá no sepan nada de él. A ellos les podemos informar de que este juglar del siglo XX recogía y estudiaba canciones tradicionales españolas y del resto del mundo; que luego las cantaba con voz exquisita y con gran respeto a las versiones originales; que grabó discos cuidadísimos y muy escuchados…, y que después desapareció.

Sin embargo, muchos de estos últimos quizá se estén enterando ahora de que Joaquín Díaz empezó a transformarse entonces en el gran etnógrafo español del siglo XXI. Desapareció de la memoria de todos… para recuperar la memoria de todos.

La Motown

Aunque los focos se ceben en alguien, aunque haya carismáticos personajes que fagociten todo lo que les rodea, la música no nació para ser obra de un solo hombre, hasta los más cansinos cantautores necesitas sus sherpas.

Funk Brothers cuenta con más números uno que Beach Boys, Elvis, Rolling stones y The Beatles, pero lo hicieron en las sombras, gregarios de Suprems o Fuor Tops, muletas de Marvin Gaye o Stevie Wonder.

Recuerda nada es obra de un solo hombre, nada, excepto los tabarras…

Badfinger

Nos gustaría pensar que nuestra historia de hoy va de unos chicos nacidos bajo la marca del fracaso, que es la historia del inevitable destino de brillantes perdedores, pero revisados los hechos, la historia pierde glamour y se queda en enésima estafa de un viejo codicioso a unos jóvenes incautaos e ilusionados por el deslumbrante brillo del estrellato.

Cuando Pete Ham y Tom Evans asomaron su mirada por la soga al otro lado ya no estaban los periodistas aduladores , ni George Harrison, solo quedaba buitres encorbatados reclamando el pago de las letras hipotecarias.

Stevie Ray Vaughan

En esta Clínica, se nos muere gente, como en cualquier Clínica del mundo, pero guardamos su Historia Médica, su obra y Milagros. Se comenta que cada miércoles desenterramos a alguien, que hacemos pocos programas de hombres vivos. De jóvenes y vivos todo el mundo se ocupa, los veis en las redes, en youtube, los pinchan en las radios y los llevan a las televisiones. De los viejos muertos nos ocupamos nosotros, hoy reanimamos a Stevie Ray Vaughan. Hay muertos más recientes, menos desfigurados, pero hoy sacamos la pala para poner en la mesa a este guitarrista salvaje.

Tom Petty

Hoy esto va de gente normal, que la hay. Gente que se levanta, trabaja, espera a que los demás dejen de pasear la banderas para pasear a su perro, acuesta a sus hijos, toca canciones o vende 80 millones de discos. Porque Tom Petty parecía, y cuentan que era, una persona normal que seguramente demostraría su patriotismo siendo un eslabón de la cadena que intenta que el cubo llegue lleno de agua hasta la llama que calcina un árbol.

Fin de temporada

Damos hoy por terminado el Frankenstein creado en el más oscuro de nuestros quirófanos. Un brazo de Green Day, una mano de Dick Dale y la otra de un hortelano del Cerro de la Horca del moro, las meninges de Chuck berry, las castigadas rodillas de un jugador de Rugby, la cabeza de un poeta lotero, la melena de un heavy calvo, la mirada de un pintor, el estómago de un maestro cervecero, la imaginación de diseñador gráfico y los santos cojones de Tom Waits. Ya solo queda esperar el próximo rayo para que camine desnortado sin saber dónde acudir como el equipo médico que lo ha creado.