Sabemos que esta Clínica solo se acercan los enfermos, no contamos entre los nuestros a grandes deportistas, y sin embargo dedicamos este programa a un hombre de fútbol.
Mágico González es uno de esos hombres capaces de estar en misa y repicando, un salvadoreño gaditano sin peine ni reloj.
Mágico llegó donde quiso, con la naturalidad de quien se conforma con lo que tiene sabiendo que pudo tener mucho más con solo alargar la mano. Pero no alargó la mano porque sencillamente no le apetecía, “preferiría no hacerlo” como decía el escribiente. Mágico se dedicó solo a vivir y tuvo tiempo para otras cosas…